Por Cecilia Soto – Marcelo, renuncia o enférmate

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Marcelo, renuncia o enférmate

Por: Cecilia Soto | Excélsior

Estimado canciller Marcelo Ebrard:

Te pido encarecidamente que le ahorres a la diplomacia mexicana y, sobre todo, al pueblo de México la vergüenza de presentar ante la Asamblea General de la ONU una propuesta —travestida de plan de paz— que, en la práctica, apoya el que Rusia complete la invasión y toma total del territorio ucraniano. Ya hiciste el ridículo el año pasado al presentar ante el Consejo de Seguridad de la ONU el Plan Mundial de Fraternidad y Bienestar, un ridículo sin mayor consecuencia que la irrelevancia y los chascarrillos a costa de México.

Así como la denuncia de la anexión de Austria por parte del régimen nazi, formulada por la diplomacia mexicana en 1938, ha quedado en los anales de la historia como un hecho de valentía y dignidad, apoyar no tan veladamente a Rusia como lo ha hecho el Presidente en su discurso del 16 de septiembre, quedará registrado de forma opuesta. No es que alguien vaya a tomar en serio la propuesta, y más cuando ha sido descalificada por Ucrania, pero quedará anotado que nuestro país —y tú— estuvo del lado equivocado de la historia.

Hace unos días se completaron 83 años de la invasión soviética a Polonia. El argumento del ministro de Relaciones Exteriores de la URSS, V.M. Molotov, en 1938, resulta similar al utilizado por Vladimir Putin para invadir e intentar anexarse a Ucrania: “El gobierno polaco ha dejado de existir”, dijo entonces el representante soviético. Putin ha afirmado que una Ucrania independiente de Rusia “nunca ha existido ni debe existir”, pese a los 31 años de su existencia como nación independiente. Aunque el presidente López Obrador condenó la invasión de Rusia contra Ucrania, su discurso del desfile de la Independencia despeja toda duda de a quién se refiere cuando achaca la culpa de la agresión a “grupos de interés, situados en posiciones de poder gubernamental o económico, (que) se esmeran en conducir la política hacia el conflicto armado”.

Aunque cabría la interpretación de referirse tanto a Rusia como a Occidente, las frases siguientes explicitan su ataque a la alianza de la Unión Europea, Gran Bretaña y Estados Unidos. “Y una vez cometido este error, en lugar de enmendarlo, optan por profundizarlo sin que les importe el sufrimiento que infligen a la humanidad ni el daño que causan a la estabilidad de las naciones y al bienestar de las sociedades. De esa manera originaron la guerra de Rusia en Ucrania, las posteriores sanciones adoptadas y el masivo envío de armas al país invadido, acciones que aportaron a la confrontación en curso una dosis adicional de irracionalidad”. Nótese: no es irracional la invasión putinesca. Lo son las herramientas dadas a Ucrania para defenderse.

El Presidente compra la vieja tesis del complejo militar industrial norteamericano como el incitador de la invasión: “Esta guerra, como muchas otras, está siendo azuzada por los intereses de la industria bélica”. Al condenar la imposición de sanciones contra Rusia y el envío de recursos y armas a Ucrania, prácticamente pide la derrota de ésta y la ocupación total y anexión a Rusia. Ni una palabra de condena a los crímenes de lesa humanidad cometidos por Rusia en Bucha o las más de 400 fosas descubiertas hace unos días en Izium. Ni una palabra sobre los bombardeos rusos a teatros, hospitales, edificios de vivienda y escuelas causando la muerte de cientos de niños y mujeres inocentes. Ni una referencia a los esfuerzos de Francia y otros países por detener la invasión, sólo insultos a la ONU y a las “grandes potencias”.

A diferencia del gobierno austriaco, que en 1939 entregó el poder a los invasores alemanes, el pueblo ucraniano, comandado por el presidente V. Zelenski, ha dado muestras de resistencia heroica y de gran generosidad, pues al detener el neoimperialismo ruso a un enorme costo, previene otras guerras de agresión. El gobierno de Ucrania ya ha calificado con precisión la propuesta lopezobradorista, como un ejercicio de relaciones públicas para su propio beneficio y para el de Rusia. Formulada precisamente a unos días de los grandes avances militares ucranianos, “congélense ahí”, parece decir López Obrador, no recuperen más terreno invadido, no ofendan al imperialismo bueno ruso.

Tú, estimado canciller, deseas ser el candidato presidencial de Morena, una aspiración, sin duda, legítima. Para ello has aguantado un sinfín de humillaciones públicas de parte del Presidente. No eres el primero ni el último precandidato que se somete a un trato bochornoso con tal de ser candidato, con la esperanza —de triunfar— de recuperar tu autonomía. Tú sabrás el límite de ese suplicio que es exclusivamente una opción personal. No transfieras al pueblo de México lo que ha sido una decisión individual.

La tajante negativa del gobierno ucraniano te brinda la oportunidad de no presentar el vergonzoso plan presidencial ante la Asamblea General de la ONU. ¿Cuál sería el caso de insistir en ello si la parte agredida lo descalifica? Si no te atreves a presentar algo diferente, enférmate a último minuto, renuncia o presenta algo tan contrario al Presidente que te renuncie ipso facto. Esto último sería lo mejor.

 

Fotografía: Excelsior

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