Por: Rosario Guerra | El Financiero
El YO-YO va a reformar leyes electorales para frenar el proceso de un cambio del sistema político para continuar su proceso democratizador.
YO propongo una marcha, primero para apoyar mi Reforma Electoral, y luego cambio, para apoyar YO a mi gobierno. YO dejo mi Palacio y YO convoco asistentes. YO encabezo el rumbo. YO pago los gastos. YO doy el discurso. YO me retiro a mi Palacio. ¿Cómo se llamó la obra? La Marcha del YO-YO.
Todo para YO desagraviarme. YO soy el dueño de las calles. YO soy el de las protestas. YO polarizo. YO quiero seguir al mando del país. El ego del YO-YO está lastimado. Por eso va a forzar la mayor marcha jamás vista, con el apoyo de los gobiernos federal, estatales, alcaldías y municipios. Porque YO les doy ayudas a miles y miles de familias, YO merezco ese reconocimiento.
YO cambiaré reglas, atribuciones y facultades, Yo elegiré a los Consejeros del INE, porque YO soy el más popular, el más amado por el pueblo. Los otros nada representan, nada importan, YO ya he dado todos los calificativos y ofensas que merecen, y YO me quedé corto.
El YO-YO así se comporta. Su regalo de cumpleaños no le gustó. El berrinche es mayúsculo porque entre el Rey del Ca$h, las Guacamayas y ahora la Marcha por la Democracia #ElINENoSeToca, lograron sacarlo de sus casillas. Ahora se cuestiona su honestidad, su popularidad, su verdad, su familia. Y eso no puede permitirlo.
De hecho es intrascendente cuantos asistan a su marcha. No expresa una voluntad popular. Lo interesante en este caso es que siempre se habló de que no había oposición; se buscó dividir a la Alianza Va Por México, se lograron algunos avances. Y así, de repente, las redes sociales son el medio para las organizaciones de la sociedad civil convocar a tomar las calles para mostrar su rostro y no quedarse sólo en críticas y protestas virtuales. Empezó con el Frente Cívico Nacional y pronto se unieron seis organizaciones para formar Unid@s, y a la convocatoria se adhirieron 35 organizaciones civiles. La marcha fue nacional, 32 entidades registraron marchas en 60 ciudades, cerca de 1 millón 200 mil personas se manifestaron, conforme la información recopilada por el propio FCN. A nivel internacional, también se dieron marchas en ciudades europeas, en EEUU y en Canadá.
Aun cuando muchas organizaciones civiles no quieren tener contacto con los partidos, en esta ocasión se les convocó porque el mensaje se dirigía a sus legisladores y sus votos. Asistieron PAN, PRI y PRD que tomaron el compromiso de representarnos.
Ni los organizadores teníamos idea de cuántos asistirían, el mayor propagandista fue el YO-YO, pues probablemente él si tenía más información y al tratar de sembrar la discordia fortaleció la convocatoria. Así, organizaciones, ciudadanos, que no tenían una vía de expresión de su inconformidad de repente encontraron una opción; la usaron y el movimiento apenas inicia. Contrario al gobierno y su partido, no hay estructuras, ni recursos, se dan decisiones colegiadas, con las dificultades propias del caso y se circulan sugerencias. La primera propone usar prendas rosas y blancas, el día 27 y seguir con las actividades personales y familiares.
El YO-YO va a reformar leyes electorales para frenar el proceso de un cambio del sistema político para continuar su proceso democratizador. Pero México ya no es el país de un solo hombre. Somos una nación importante en el contexto mundial, formamos parte del bloque regional más grande del mundo, hemos incrementado productividad, exportaciones, hemos atraído capitales e inversiones, creado empleos, logrado reformas electorales de consenso que destierran conflictos en un marco de certeza, transparencia, equidad y legalidad. Falta aún cerrar brechas entre regiones y grupos sociales, pendiente histórico que debemos resolver con políticas sociales adecuadas, no caritativas, sino de superación de la pobreza.
Si, son muchos los retos, pero así, como vamos, no se superarán. Por el contrario, se retrocede en salud, educación, economía, empleo, libertades, inversiones, cultura, democracia, instituciones, la destrucción es impresionante. Reconstruir requerirá del esfuerzo de las nuevas generaciones, de la experiencia de otros actores, de una nueva forma de gobierno basado en las comunidades. Una nueva gobernanza para unir esfuerzos y visiones distintas que aporten las diferencias para encontrar la mejor solución. México está en marcha.
Fotografía: El Financiero