Guadalajara design center: la respuesta mexicana ante la movilidad en el comportamiento de las cadenas de valor en el mundo

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Estados Unidos y México no podrían estar más unidos ante el contexto de incertidumbre económica y cambios geopolíticos que se han establecido en el mundo a lo largo de los últimos años, ocasionados por la pandemia del Covid-19, la guerra entre Rusia y Ucrania, y ahora la pugna por Taiwán entre Occidente y China. Su hilo conductor es la defensa de lo que, hasta ahora, pocos conocían: la respuesta al problema del abastecimiento de los semiconductores en el mundo podría darse con la ampliación de inversión en los Estados Unidos, pero también en México.

El Guadalajara Design Center es un proyecto que nació en octubre del año 2000, pero en la actualidad, es uno de los centros de diseño y validación más importantes de la empresa Intel a nivel mundial. Fue la primera adquisición de esta compañía en Latinoamérica. En el año 2001 desarrolló el primer chip para Intel llamado SOL y fue en el 2003, cuando GDC, oficialmente, se convirtió en centro de validación de nuevos procesadores para servidores de cómputo, con 33 colaboradores, número que creció 10 veces para el 2008. Dos años después comenzó la construcción del campus actual, que cuenta con la certificación LEED Oro y que fue inaugurado en el 2014, con mil empleados.

El centro se enfoca principalmente en la investigación, el desarrollo de plataformas de cómputo de próxima generación y la validación de las tecnologías de esta empresa. Ya que, para que los procesos de la compañía puedan ser implementados en todo el mundo, hay todo un método que va desde la definición de estos productos, su diseño, el desarrollo y finalmente, la validación para verificar que cumplan con todos los requisitos de calidad que los caracteriza. La validación, como puede inferirse, es uno de los eslabones críticos de esa cadena, y el GDC es el único laboratorio de Intel en toda América Latina que hace esta tarea.

Desde este lugar se ha liderado y apoyado el desarrollo, la validación y la implementación de soluciones basadas en diferentes familias de procesadores, y actualmente sus casi 1,900 colaboradores se encuentran enfocados en el segmento de servidores y desarrollando nuevas tecnologías como el 5G, la Inteligencia Artificial y soluciones para Edge computing.

El Guadalajara Design Center se compone principalmente de dos laboratorios, uno de investigación y desarrollo, el cual enfoca principalmente sus esfuerzos alrededor de algoritmos y tecnologías que podrían o no llegar al mercado, y uno más, donde se realiza la validación de productos que ya están en sus etapas finales para su comercialización.

México debe aprovechar el momento.

De acuerdo con el director de Relaciones con Gobierno para Intel en México, Issac Ávila, el papel que puede desempeñar el país y el resto de la región latinoamericana en la nueva estrategia IDM 2.0 de Intel en los próximos años, podría definir el balance a nivel global de la evolución en los procesadores de información y los chips en todo el mundo.

En suma, es importante destacar que, mediante esta iniciativa, la compañía busca reducir la dependencia del sector a la manufactura asiática e incrementar la participación de Estados Unidos en la fabricación de chips a nivel mundial hasta un 30 por ciento y de Europa, en un 20 por ciento.

Lo más importante de todo este contexto es la inmensa oportunidad que México enfrenta por delante, ya que es una oportunidad crucial para participar en un mercado que, se estima, generará ingresos por más de 600 mil millones de dólares para 2022. Intel estima que en 2018, México contribuyó con el 11.6 por ciento de la oferta global de semiconductores. Esta es la demostración más clara del enorme potencial que el país podría desarrollar durante los siguientes años si invierte más en preparar a ingenieros (as) en áreas afines a dichos campos de investigación.

Ahora bien, entre las principales ventajas del país se encuentran la proximidad con el mercado norteamericano, una zona horaria en línea con el norte y sur del continente, la compatibilidad cultural y el talento tecnológico multilingüe que se ha venido desarrollando en varios proyectos. Por lo que si la infraestructura en comunicaciones sigue creciendo a un ritmo superior en los siguientes años, México podría incrementar su aportación a nivel global en la fabricación de semiconductores, esta debería ser una meta en las siguientes administraciones independientemente del gobierno en turno.

Para lograr aprovechar esta oportunidad se requiere del apoyo gubernamental y la cooperación de varios sectores estratégicos de la sociedad, todo ello, con la finalidad de construir puentes de cooperación y alianzas estratégicas duraderas que logren edificar el crecimiento sostenido en el país durante las siguientes décadas. El futuro y las oportunidades están ahí para ser aprovechadas.

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