El despertar
Por: Ricardo Pascoe Pierce | Excelsior
Fotografía: Excelsior
México está en un proceso del despertar, impulsado desde el horror ante la realidad de un desgobierno inquietante, y empieza a poner la casa en orden. La inseguridad y la economía desfalleciente son el telón de fondo del despertar.
La furia del movimiento de defensa de las mujeres fue señal inequívoca del despertar. Para un gobierno que presumía de su “conciencia de género” representó una bofetada. Su respuesta demostró que ni había anticipado un movimiento feminista rebelde, fuera de su control, ni había construido políticas de seguridad para la protección de las mujeres ante la violencia misógina prevaleciente en la capital.
En otras latitudes el movimiento zapatista crece en Chiapas y zonas de Tabasco. El EZLN logró romper el cerco que se le había tendido y ha crecido a más del doble en municipios y en territorio en los últimos meses. ¿La razón? Habría varias explicaciones, pero una importante es que el EZLN encabeza la oposición al proyecto favorito de la 4T, el Tren Maya. Pensaba el gobierno que no habría oposición, pero se equivocó.
En Tamaulipas, el gobierno de la 4T impulsó huelgas en maquiladoras para que el senador morenista Napoleón Gómez Urrutia pudiera construir su central nacional obrera contra la CTM. Incluso, se utilizó al Ejército para intimidar a los obreros en un recuento sobre la titularidad del contrato colectivo. La ofensiva contra la CTM logró reactivar esa central obrera. El sindicalismo empieza a moverse en defensa de sus intereses y contra la austeridad franciscana del gobierno en turno.
Los universitarios de todo el país se movilizan en contra de los recortes presupuestales a sus instituciones y, más ampliamente, a la actitud de castigar a la inteligencia como política de Estado. La inteligencia se moviliza contra un gobierno regresivo.
Los campesinos ven en los recortes presupuestales al campo por parte de este gobierno como un castigo por no subordinarse a sus controles. El campesinado no se compra, se defiende.
Igualmente, en la cultura, en las guarderías, en los refugios, en los teatros, en el cine, en la creación gráfica. Los medios de comunicación también se defienden de los controles gubernamentales y exigen respeto a su libertad de expresión.
La sociedad se defiende de las agresiones gubernamentales y el mal manejo de seguridad pública y de la economía.
También los partidos de oposición se aprestan a sumarse a la ola del nuevo despertar nacional. Es un día optimista para un país cabizbajo.